A 19 años del triunfo de la Libertad y Soberanía

Caracas. Este 11 de abril se cumplen 19 años del golpe de Estado perpetrado por un sector económico contra el entonces presidente constitucional Hugo Chávez Frías. Un hecho lamentable y que se rememora como un antes y después en la política nacional de Venezuela, tras la puesta en marcha del fascismo mediante los medios de comunicación que transmitían un mensaje de odio y convocaban personas inocentes a marchar hacia Miraflores.

 

¡Todos a Miraflores, Chávez vete!, eran las consignas cargadas de veneno de venezolanos que emprendieron un camino fraguado por mentes perversas de la derecha y que asaltaron el poder por 48 horas dejando más de una decena de personas muertas.

 

No se puede negar que los ánimos estaban exacerbados en quienes no miraban con agrado el programa de Gobierno de Chávez y salieron a marchar desde Altamira, sin saber que sus líderes desviarán el destino. Mientras, que el sector que respaldaba a la Revolución Bolivariana salió como de costumbre de distintos puntos de Caracas a marchar hacia Miraflores.

 

Ambos bandos llevaban banderas en manos, cantos y consignas acordes a sus preferencias políticas. Ninguna marcha se cruzó, Caracas multitudinariamente estaba tomada por el debate y la discusión, así como por la medición de movilización política.

 

No obstante, los líderes politiqueros de la ultraderecha venezolana en componenda con la derecha internacional, habían grabado una entrevista con un periodista de CNN, días antes donde se anuncia que habían perdido la vida más de diez personas antes de las tres de la tarde del 11 de abril.

 

Las imágenes transmitidas por los medios privados de comunicación eran que en Puente Llaguno había civiles disparando contra la supuesta marcha de la derecha venezolana, esto generó caos y confusión en la opinión pública. Nadie sabía con exactitud que ocurría, en el centro de Caracas donde estaba la gente revolucionaria cantando y bailando, también se escuchaban las sirenas de las ambulancias. Pese a esto, los medios de comunicación privados colocaban comiquitas.

 

Después de las seis de la tarde del 11 de abril se desató la cacería de brujas. Disparos, asedio, allanamiento y persecución contra Chávez, quien fue secuestrado y contra todos los que respaldaban su gobierno.

 

Horas más tarde, en cadena nacional, el general Lucas Rincón, anunció que se le había solicitado la renuncia al presidente y que éste había aceptado.

 

"Los miembros del Alto Mando Militar de la República Bolivariana de Venezuela deploran los lamentables acontecimientos sucedidos en la ciudad capital en el día de ayer. Ante tales hechos, se le solicitó al señor presidente de la República la renuncia de su cargo, la cual aceptó. Los integrantes del Alto Mando ponen sus cargos a la orden los cuales entregaremos a los oficiales que sean designados por las nuevas autoridades", anunció el general Lucas Rincón Romero.

 

Nunca fueron presentadas pruebas que avalaran las declaraciones del Rincón Romero, porque en la realidad la renuncia jamás se produjo. Chávez no firmó ningún documento. 

 

Durante el 11,12, 13 y 14 de abril se pudo apreciar no solo el silencio y complicidad de las grandes cúpulas del poder, sino el resentimiento de quienes se habían apoderado de Pdvsa, reluciendo la meritocracia en la estatal petrolera.

 

Meses antes, la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV) y la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), representadas por Carlos Ortega y Carmona Estanga, mediante la firma de un documento titulado "bases para un acuerdo democrático", con la mediación de Luis Ugalde, rector de la Universidad Católica Andrés Bello; exigían al gobierno cambiar su gabinete económico y que abandonara el sectarismo político.

 

Ante la negativa del presidente Chávez a dichas exigencias los empresarios, sindicatos y partidos de oposición crearon las alianzas fácticas para confabular un paro indefinido el 09 de abril que se convertiría en Golpe de Estado.

 

Concretado el pacto de los sectores fascistas, estos emprendieron los hechos violentos que desencadenaron el clamor de un pueblo el 13 de abril, dónde Caracas y todas las ciudades del país, fueron tomadas por la unión espontánea de civiles y militares. Todos entonaban consignas como: "Dónde está Chávez", "Queremos a Chávez", "No ha renunciado lo tienen secuestrado".

 

Mientras el pueblo eufórico seguía tomando las calles, los golpistas intentaban huir despavoridos tras haber abolido todos los poderes públicos y violar los derechos de la mayoría de los venezolanos.

 

Posteriormente, un grupo de militares patriotas y leales a los ideales Bolivarianos se trasladaron hasta La Orchila para traer de vuelta al Comandante del pueblo y no fue hasta las cuatro de la mañana que Chávez retoma el poder y en cadena nacional con un crucifijo en mano, ofrece un discurso de perdón a los ápatridas que habían planeado asesinarlo.

 

Sin embargo, la muchedumbre patriota después de cerciorarse que el líder de la Revolución estaba vivo y en perfectas condiciones se retiran a sus casas, con la moral en alto, luego de haber triunfado la Libertad y la Soberanía.

 

Esos hombres y mujeres de abril son los mismos de este siglo XXI que se encuentran cargados de amor patrio y con un espíritu encendido a la autodeterminación y defensa de su soberanía.